Dos horas de buen entretenimiento romano. Además de su desbordante acción respaldada por una banda sonora bastante aceptable, Black Adam funciona para refrescar el panteón de héroes de DC Comics en la gran pantalla.
El estreno de Black Adam, la nueva película del universo de DC Comics (Warner), ha suscitado un numero amplio de opiniones positivas, público y crítica por igual están firmando un armisticio; por fin se ponen de acuerdo. O eso parece en estos primeros días de luna de miel embrujada.
Ese es el runrún de los medios, claro está, y la taquilla parece que va con el viento en la camisa. Como sea, nos hemos formado nuestra propia opinión: tuvimos la oportunidad de observarla y lo primero que nos sorprendió fue la vertiginosa escalada de acciones. Black Adam es dinamita pura en cuanto a espectaculares escenas de acción y tortazos bestiales a diestra y siniestra, mejor aún, resulta ser un festival de habilidades metahumanas en concurso: los diestros (la Sociedad de la Justicia) vs los siniestros (Black Adam y una camarilla de entidades demoniacas).
En palabras más exactas, Black Adam le cumple a los palomiteros, tiene lo que se busca en cuanto a cine de superhéroes; por cierto, no es la película definitiva de DC, tipo Joker o el Caballero de la Noche, esa que podría hacerle la zancadilla a un desgastado Marvel que, bien que lo sabes, ya está dando muchos palos de ciego con sus aburridos seriados.
Desde luego que tiene sus complejos no superados. Pero volvámonos serios, a estas alturas del partido no podemos seguirle pidiendo al cine de superhéroes tramas con criterio, reflexiones trascendentales o cuotas de filosofía contemporánea. Hasta la misma Edad de Plata y de Oro del comic tiene argumentos y personajes muy bobalicones, si revisas con atención las viñetas de Fawcett Comics de 1945, encontraremos que Black Adam no era precisamente el villano de villanos.
En ese sentido, vamos a decir que el cine de superhéroes es y estará plagado de momentos “Marvel”. DC no se queda atrás, aunque nos revienta las bolas con tanto chistecito mamón. Black Adam tiene sus momentos “Marvel”. Con todo, son dos horas de buen entretenimiento romano. Además de su desbordante acción respaldada por una banda sonora bastante aceptable, Black Adam funciona para refrescar el panteón de héroes de DC Comics en la gran pantalla.
Por otro lado, no merecen mención especial las actuaciones, y es que cuando te piden que golpees a saco y lances rayos colgando de arneses, no necesitas dejarte la piel por un Oscar, eso parece ser accesorio; sin embargo, el papel de Teth Adam le calza muy bien a Dwayne Johnson, así pues, tenemos a La Roca haciendo lo mejor que sabe hacer: golpear fuerte y fruncir el entrecejo.
Dicho lo anterior, no nos impresionaron los otros personajes, si los hubieran sacado de la ecuación igual tendríamos Black Adam, no obstante, Pierce Brosnan interpretando a Dr Fate (adivinanza ¿qué fue primero, Dr Fate o Dr Strange?) deja la miel en los labios para una obra derivada del poderoso vidente mágico.
En conclusión, Black Adam está requetebién para para los amantes del género de acción y el CGI; así como para los introducidos y no introducidos en el mundillo del comic. A los puristas les repetimos, vayan a ver cine de superhéroes sin mayores pretensiones; y disfruten de todas esas tonterías en pantalla, no pidan más. Nosotros nos cansamos de pedir.