El riesgo de afectación en materia alimentaria para Colombia tras el conflicto desatado en Ucrania, debido al ataque del gobierno ruso, es alto. Estos países son fuentes importantes de producción, proveen significativos porcentajes de cereales para el mundo e inciden en la especulación en bolsa. Solo Ucrania, una gran llanura europea abundante en tierras negras (chernozem), entre las más fértiles para agricultura, representa el 16% de las exportaciones mundiales de granos.

Y en plena globalización, la agitación en esta zona sacude el negocio en favor de cuatro grandes multinacionales que controlan el 75% del mercado, y en contra de millones de consumidores. Confirmando lo que muchos hemos advertido desde hace tres décadas, que resulta incómodo para algunos, pero hay que recordarlo y buscarle solución, y es lo concerniente a la dependencia de las importaciones que nos ha dejado vulnerables ante las sacudidas geopolíticas mundiales.  

Para ahondar, en el libro Saqueo de Aurelio Suarez, capítulo 4 “cómo salir del noveno círculo del infierno”, el autor plantea la necesidad de renegociar los TLC y la política comercial. Introduce un dato superlativo, el coeficiente de penetración de importaciones en cereales y oleaginosas del mercado interno, es superior al 60%. Concluyamos, más de la mitad del mercado doméstico depende de las importaciones para abastecerse.

Analizó más de 7.700 líneas comerciales con aranceles para detallar el desamparo del sector agropecuario en las últimas tres décadas. Comparando los aranceles efectivos vigentes con los máximos declarados por Colombia ante la Organización Mundial del Comercio, evidencia los desniveles de desprotección. Mientras el arancel máximo promedio en la OMC para el sector agropecuario es del 81%, el preferencial promedio es del 15,4% y por subsectores cae más.

¿Cómo recuperar el mercado interno?, no es tan fácil como hacer chicha. Por ende, cita el ejercicio técnico del profesor Álvaro Moreno, enfocado en la necesidad de bajar la elasticidad de ingreso-consumo, mediante dos vías, la arancelaria y con medidas no arancelarias. Los mencionados aranceles efectivos vigentes, proporcionan los márgenes sobre los que se podrían estimar las elevaciones arancelarias para disminuir la elasticidad; es decir, reducir la demanda de productos importados en favor de la producción interna, estimando que, al bajarla a 1 punto, “tanto la producción como las ventas externas, escalarían a niveles del 8 y el 5,8% respectivamente”.

Mediante ejercicio propio, Aurelio enseña en el cuadro 4-32, los empleos y hectáreas recuperadas producto de reemplazar al menos 20% de importaciones de maíz tecnificado, trigo, soya, cebada y algodón. Recuperaríamos, acorde con la productividad por hectárea y las requeridas para un empleo permanente, 350 mil hectáreas y 50 mil empleos.  

Así pues, el conflicto ruso-ucraniano pone al descubierto algunas peladuras, pero poco se resolvería sin evidenciar las causas que nos condujeron a tal estado de indefensión económica. Positivo resulta aquí, tener las fórmulas necesarias para empezar la verdadera recuperación.

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Duberney Galvis

Es Licenciado en Comunicación y Especialista en Gestión Ambiental. Y escribe para varios medios regionales y nacionales.

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