“El mejor poeta que he conocido es Juan Carlos Mestre; el más mediocre, Mario Benedetti; y el más malo, naturalmente, soy yo”.
Voy a conocer a un tipo que hace poemas en las mañanas, en las tardes es profesor, y de noche se pone a alegar con viejitas por Facebook por política y otras “weonadas”. Es un Bate ¿de qué naturaleza? Vamos a averiguarlo. Al llegar está con otra señora y están prestos a acabar con un barril de cerveza.
Presiento que hay que salir rápido de allí, pero debo cumplir con mi objetivo: El Bate nos contará acerca de una de sus estrategias para sacarle plata del bolsillo a los pobres lectores. Se pone en pie al verme llegar, le ha pegado fuerte a la compota de guadua, pienso, pero yo, que soy discreto, no se lo manifiesto le digo más bien que tome asiento mejor, porque ya es muy feo y “parao” peor.
Mickey Mono Power: ¿por qué le dicen el Bate?
Miguel Ángel Rubio: no sé, eso lo dices tú; no soy bate, a lo sumo vate, según tú.
MMP: venga va… entonces por que le dicen “El Rubius” ( ¡a ver la plata!)
MAR: soy de los Rubios de Manizales, pero de los Rubios pobres; no esperes dinero de mí.
MMP: entonces…¿quién carajos es usted? (pregunta od-ontólogica, diría el Profe Compotas).
MAR: llevo 37 años haciéndome esa pregunta.

Mickey Mono Power: bueno, bueno… mejor háblanos de tu última estafa literaria… ¿con este libro la piensa sacar del estadio, estimado Bate? O usted no bate ni chocolate.
Miguel Ángel Rubio: correcto, no le pego a nada. Me dio por ponerme a escribir poesía y me publicaron un libro llamado dizque Melancolía del Puerto. Y la gente empezó a comprarlo muy bien a finales del 2021, pero se quedó pasmado el libro; y ahora estoy encartado con una caja de ejemplares “pasmaditos”.
MMP: o sea que la estafa no funcionó. Pero comprendo la vaina: la gente está “pasmada” del hambre y no come papel. Y menos poemas tristes. O tristes poemas (la importancia de la posición de un adjetivo). Ese Bate no sirvió.
MAR: (Se ríe con nervio y tristeza).
MMP: ¿es verdad que se ha dado “traques” con otros poetas de la ciudad? ¿se mete mucho en problemas?
MAR: depende de lo que para vos sean traques, puño morado y boca reventada, no; pero me doy “traques intelectuales” en las redes sociales. Aunque nadie me para bolas y termino peleando solo.
MMP: ya deje a las señoras en paz… ¿es consciente que sus enemigos intelectuales y políticos aprovecharán esta “mamadera de gallo” para luego “montársela”?
MAR: lo más seguro es que sí, pero tienen que estar muy desocupados pues, hay cosas mas importantes en qué centrarse.
MMP: y bueno, ¿a usted por qué le “tiran” tan duro?
MAR: no sé.
MMP: y usted por qué le “tira” tan duro a la cultura de Pereira.
MAR: porque los que dirigen los recursos de la cultura de Pereira han demostrado: primero que son muy ineptos o segundo que son muy corruptos.

MMP: ¡vaya!, palabras fuertes de un hombre ya debilitado por la cerveza…hablemos mejor de un tema en el que no se gane una muerte fácil y “gatea”. Hablemos de educación. ¿Es usted profesor o “pobresor”?
MAR: soy profesor porque voy a las aulas a tratar de enseñar literatura, vana pretensión, pero soy “pobresor” porque pagan una miseria en el Magisterio.
MMP: qué “juete” le daría a la educación privada.
MAR: la educación privada, en materia de docencia, forma muy a bien a los profesores, pero les paga muy mal también.
MMP: ¿tiene más chancla y “juete” pa’ la educación pública?
MAR: lo que voy a decir me puede granjear más enemigos de los que ya tengo, pero creo que la educación pública tiene tres grandes enemigos: el Estado, el Sindicato y el sistema educativo per se.
MMP: “calentó” de nuevo la entrevista, qué pendenciero es el Bate… bueno, suavicemos la despedida con un tema menos incruento: démosle garrote a la poesía ya para culminar. Dame un poeta muy bueno, uno muy mediocre y uno muy malo.
Polémica la sujeta esta, no cabe duda. Y no se confundan, señoras parroquianas, el Bate es más inofensivo que un gusano de guayaba; no le pega a nada, pero tampoco le pega a nadie. Es un hombre como Mockus, uno de sus ídolos, un hombre de pez y paz.
Me voy entonces, se hace tarde, y la gente empieza a llegar con sus mejores galas para mojar lengua con chismes y cerveza artesanal. Dejo al Bate “sano”. Ahí se quedó riendo como caballo, y quizás, después de tomarse una pinta, el man sueñe con un mejor porvenir para todos, todas y todes. Lo importante es que me invitó a malteada de banano con las pocas ganancias que le dejó una venta callejera de sus poemas. El resto se lo hartó en cemeza.