¿Estamos frente a la primera gran película animada del año?, porque seamos honestos, la mejor película de tal tipo, en meses, es Pinocchio de Guillermo del Toro.
(Que sí, hombre, no sea cansón; ya sabemos que la del gato salió finalizando el 2022).
Así que llegamos al sitio, y digo que llegamos porque nos ha acompañado nuestro amigo chango Mickey Mono Power. Preferimos entonces que sea él quien te cuente un poco sobre la nueva producción de Dreamworks:
A ese gato bribón lo conocí por los muñecos de los cuentos de los hermanos Grimm. Luego resulta que apareció en Shrek. La película muy famosa de un ogro famoso que seguirá haciendo pelis famosas —alerta de spoiler, mangos biches— , puesto que sale esa sugerencia al final de la peli, mejor dicho, tendremos Shrek 5… al menos todo apunta a ello.
Shrek es tan famosa que ya hasta a su seño, la seño Ogra, le hacen memes para criticar a mamitas luchonas y guerreras que se bajan la luna solitas.
Y de tanta suerte regada, (Shrek es como un buen duende borracho, enamorado e irlandés que a todos les regala una monedita de oro), El gato con botas terminó ungido.
Pero no ungido con dedocracia, tal como se reparten por aquí las carteras ministeriales, sino porque ese gato resultó ser carismático y galán (A Antonio Banderas gracias); y así se llegó a una nueva fuente de ingresos para hacer lo que más le gusta a la matriz de los sueños: parir hijos con la fértil píldora de los spin-off.
Ese gato sí sirvió
Y de que trata esta vaina animada… pues vamos a ver.
Nuestro tercer gato favorito (el primero es Salem, el gato de Sabrina la bruja adolescente; y el segundo es un gato japonés parlante de una serie de anime de la cual no me acuerdo) se “mekatió” en cositas ocho de sus nueve vidas; y para no estirar la garra, hace lo que hace todo buen habitante de Animérica: presta plata pa pagar otra plata, o en palabras más sencillas, se va a jugar su última vida para ganarse nueve más. Todo en búsqueda de un deseo mágico.
Como es usual, no será el único que desee lo mismo. Nuestro señor Buda decía que el problema de los humanos débiles era desear, y partiendo de la premisa de desear algo que no tenemos, surgen infinidad de retos, problemas y reflexiones.
Lo bueno:
•No hay inclusión forzada, a simple vista.
•Es bastante divertida, no “qué bruto que digamos”, pero hace batir las mandíbulas.
•La animación no es la tradicional; incorpora trazos mas artísticos y recursos que se alejan del hiperrealismo del CGI. La palabra acuarela aquí es clave.
•Un perrito llamado perrito (de seguro tendrá su spin-off).
Lo malo
•El doblaje en español latino tiene una pega: los tres ositos y Ricitos de Oro despliegan un dialecto argentino poco rescatable ¿a qué viene a cuento esta diversidad dialectal?
Conclusión peregrina
Aguanta, sí. Aguanta el gasto de palomitas. Se pasa un rato divertido con la familia humana. No será un hito histórico, eso sí.
Y si no estás convencido, ve y la ves solo por el perro. Aguanta verla solo por ver a Perrito, criatura adorable donde las hubiere.