“Los Populistas fuera y dentro del poder tienen
las mismas tácticas: atacan, critican, amenazan,
se victimizan, pero jamás ceden”
—Luis Gabriel Carrillo Navas—
Para usted ¿qué es populismo?, me preguntaron hace unos días. Para responder quise tomar como ejemplo una propuesta de cada uno de los candidatos hoy ganadores de las coaliciones: Gustavo Petro, Sergio Fajardo y Federico Gutiérrez, pues puedo estar seguro que ellos producen material suficiente para ilustrar esa tendencia política.
Lo primero es recordar que el populismo no tiene color, puede ser de izquierda o de derecha. Si se quiere, se puede decir que es una tendencia que divide a la sociedad en dos clases opuestas; una élite corrupta y abusadora para algunos y un pueblo abusado por esa élite. El ciudadano populista de izquierda podría estar promoviendo la redistribución de riqueza y la lucha contra la desigualdad; mientras que el de derecha, podría culpar al pueblo y a las migraciones de todos los males.
Ambas retóricas coinciden en poner en riesgo a las instituciones del Estado de Derecho, en culpar siempre al otro de lo que sucede y en prometer que la solución a los problemas llegará sin mayor esfuerzo. Otra característica del populismo es que brota fácilmente en época de crisis, razón por la que no sorprendería que en Colombia esté en su máxima expresión.
Por lo general las propuestas populistas son aquellas que a través de un discurso conveniente representan a las masas, pero no siempre son realizables y muchas veces no consideran la realidad del contexto, pues en el papel son ejemplo de perfección, pero en la práctica lo son de utopía. El único objetivo de estas narrativas es ganar adeptos, especialmente si tienen derecho al voto.
Gustavo Petro propone una necesaria reforma pensional, destacando la insuficiencia del sistema copiado de Chile, pero queriendo copiar el de la Unión Europea. Sergio Fajardo destaca la precariedad de las condiciones de los docentes y de la educación en general, proponiendo una universidad pública digital. Federico Gutiérrez propone reducir las desigualdades a través de la disminución de la pobreza, la creación de oportunidades para jóvenes, la reivindicación de la mujer, la mejora de la conectividad y el mejoramiento de los indicadores de salud.
El sistema de pilares que propone Gustavo Petro
La necesidad de una reforma pensional es evidente, por lo que esa no es la discusión. Luego si es importante analizar cuál sería ese cambio ideal que le conviene al pueblo colombiano y cuál es esa transformación realizable según el contexto y las circunstancias actuales.
El sistema de tres pilares es una copia literal del modelo que hoy funciona en la Unión Europea, el mismo que en Colombia sin hacer reformas fiscales y sin cambiar el modelo de declaración de renta de los ciudadanos, difícilmente se podría aplicar. Aclarando que en los países de Europa las personas se pensionan con medio salario mínimo (en algunos casos un salario mínimo), y no con cuatro como quisieran algunos en Colombia, pues la manera de garantizar una pensión universal es estableciéndola en lo que se conoce como mínimo vital.
También en estos Estados cada uno de los ciudadanos aporta entre el 20 y el 55% de su salario por concepto de impuestos para brindar cobertura al sistema de pilares, al mínimo vital, al auxilio de desempleo, al sistema de salud, al subsidio para madres solteras y a otro sinnúmero de subvenciones como las que propone el candidato Gustavo. Caso opuesto a Colombia, país en el que solo declara renta aquel que cumple con las causales, pero no todo el que lo hace le paga al Estado.
Esta propuesta si bien es atractiva y toca un punto álgido para la sociedad, se puede considerar populista, pues es esa promesa que quieren escuchar esos millones de colombianos que no alcanzaron y no alcanzarán pensión, pero que dadas las características del Estado no se puede cumplir.
La universidad pública digital que propone Sergio Fajardo
En un país marcado por las brechas digitales y en uno de los más desiguales del mundo, Sergio Fajardo propone una Universidad Pública digital que llegue a todos los rincones de Colombia. Él sabe que el sueño de muchos ciudadanos es poder acceder a la educación superior, pero que también el de otros miles, es la alfabetización digital.
Sergio pisa el punto álgido de la educación y de todas las ramas tenía que intervenir en materia de cobertura. He tenido la oportunidad de hablar con varias fuentes del fajardismo y todas brindan información diferente, pero ninguna logra convencerme para dejar de considerar esta una propuesta populista.
Desde Julio de 1981 existe la Universidad Nacional Abierta y a Distancia, una institución que imparte educación digital y que con seguridad llega a todos los rincones de Colombia y del mundo si se quiere. Tiene 65 sedes a los largo del territorio nacional, otra en Miami, Florida; y está próxima a inaugurar la primera en Madrid, España. Cuenta con múltiples convenios, semilleros de investigación, 81 carreras virtuales (técnicas, tecnológicas, profesionales y de posgrado) y 177.000 estudiantes activos, lo que la lleva a ser una de las instituciones con mayor matrícula del país y la única en Colombia con el pregrado de Derecho en oferta virtual.
La UNAD tiene su universidad hermana en España, la UNED (Universidad Nacional de Educación a Distancia), la misma que cuenta con un modus operandi muy similar al de la institución colombiana. Sería muy interesante que Sergio explicara cuál es la diferencia entre su propuesta o promesa de ampliación de cobertura y esta universidad pública que lleva más de 40 años en funcionamiento. Mientras tanto, sabemos que si no se cierra la brecha digital y se mejora la conectividad, la propuesta de Fajardo o inclusive la proyección de crecimiento de la UNAD, podrían ser utópicas. Por lo que la U pública digital es lo que todos queremos oír, pero lo que difícilmente se podría ejecutar en cuatro años, otro candidato que se mueve en las aguas del populismo.
Reducir las desigualdades a través de la disminución de la pobreza, la creación de oportunidades para jóvenes, la reivindicación de la mujer, la mejora de la conectividad y el mejoramiento de los indicadores de salud – Fico Gutiérrez
El señor Federico difícilmente podría seguir negando ser el candidato del uribismo cuando propone exactamente lo que vienen proponiendo los de su línea durante los últimos 20 años. Recordemos el “—le firmo en mármol que no subiré los impuestos” de Juan Manuel Santos; o el “—bajaré el dólar, crearé más empleo y bajaré los impuestos” del hoy Presidente Iván Duque.
Está comprobado que mientras los populistas de izquierda se caracterizan por proponer desde la redistribución de la riqueza; los de derecha lo hacen desde la creación de empresa y la reducción de la pobreza. Años lleva Colombia eligiendo al candidato que parece que copiara y pegara las propuestas hoy de Fico, pero además todos han coincidido en otra cosa, en demostrar que son irrealizables. Fácil es hacer la lectura superficial de las necesidades del país y plasmarlas en un papel con posibles salidas, pero difícil es darle la cara a la población y explicar la complejidad de la situación y lo difícil que será salir de esta hecatombe en la que nos encontramos. Razón tiene una excandidata al Senado cuando dice que su discurso no es políticamente correcto pero si real, luego esa narrativa es la que no suma votos.
¿Y entonces?
Los tres candidatos coinciden en buscar colectivos para formular propuestas soñadas que luego materializan en votos, pero ninguno es claro con el país, pues también convergen en comprender que la verdad termina restando votos y siendo políticamente incorrecta.
Mantendré mi postura hasta tanto y el ganador de las elecciones le demuestre a Colombia que su promesa era realizable y que no solo eran esas palabras que las masas querían oír. Prometo que ese día me retractaré en una columna de elogios a Fico, Checho o Tavo.
¡Hablamos en la próxima!