Por: Carlos Alfredo Crosthwaite Ferro
Entre enero y octubre de 2025, el costo del servicio público domiciliario de aseo prestado por ATESA DE OCCIDENTE, y las restantes empresas, aumentó significativo del 21,2%. Para mi caso, multiusuario estrato 6, mi factura pasó de $44.399 a $50.782 en julio y $53.804 en octubre, un aumento de $9.405.
Esta cifra evidencia que el costo creció cinco veces el Índice de Precios al Consumidor en el mismo periodo, que se situó en 4.47%. Esta abusiva sustracción de recursos de nuestros menguados ingresos, es producto de un modelo tarifario abusivo y controlado por las empresas prestadoras, y con la complicidad de la Comisión Reguladora de Agua y Saneamiento Básico CRA y la Superintendencia de Servicios Públicos, que han omitido su deber de vigilar y evitar este atropello.
La situación es grave, los privados controlan, en asocio con estos organismos y altos funcionarios. Como evidencia de ello, lo sucedido el pasado mes de octubre. En pleno Consejo de Ministros el presidente Petro, en transmisión en vivo, destituyó al viceministro de Agua Potable y Saneamiento Básico, Edward Libreros, debido a desacuerdos sobre el nuevo régimen tarifario de aseo, señalándolo de favorecer a gremios como ANDESCO en lugar de a la política gubernamental «Basura Cero» y protección de consumidores y recicladores.
La tensión se desató por una carta del viceministro a este gremio, que reúne a las empresas prestadoras de los mal llamados servicios públicos, criticando la propuesta tarifaria del gobierno.
En cumplimiento de la ley, cada 5 años debe revisarse las estructuras de tarifas de agua, alcantarillado y aseo. Hace unos meses la CRA publicó el borrador de propuesta del nuevo marco tarifario del servicio de aseo, el cual impactará al 65% de la población.
El modelo presentado por el Gobierno busca formalizar a recicladores, impulsar una economía circular en el manejo y aprovechamiento de los residuos sólidos, mecanizar la labor de barrido, para reducir la remuneración del cobro de “limpieza urbana” en al menos el 30%. A esto se opone ANDESCO, quieren seguir abusando de su posición dominante y control de las comisiones reguladoras. Se aferran al mentiroso eslogan de “Ciudades limpias, sostenibles y resilientes”, pura carreta, vivimos en medio de la basura.
La Ley 689 de 2001 adicionó al servicio de aseo “las actividades complementarias de corte de césped y poda de árboles ubicados en las vías y áreas públicas; de lavado de estas áreas, transferencia, tratamiento y aprovechamiento». Les mejoraron el negocio a las empresas.
Si cualquier usuario consulta su tarifa de aseo observará que uno de los componentes es el cargo fijo, que cancela la limpieza urbana. En octubre su costo era de $29.160 por usuario, si en Pereira son cerca de 185.000 usuarios del servicio, las empresas recaudan por este concepto al mes $5.384 millones, lo que equivale a $64.600 millones anuales. Una pregunta: ¿Creen ustedes qué estos recursos se invierten en las labores asignadas en la ley para estas labores? Miren el estado de nuestras vías, espacios públicos y zonas verdes, y saquen conclusiones.
Pero para los que somos usuarios de ATESA, quien presta un pésimo servicio, la situación es más infame y perversa, pagamos el sostenimiento y utilidades de dos empresas.
Resulta que ATESA por ser concesionaria de ASEO DE PEREIRA debe cederle el 13.7% de la facturación, en el año 2024 fueron $12.785 millones. Su tarifa incluye también 13.9% de tasa interna de retorno. La totalidad de los dineros que recibe ASEO DE PEREIRA, que no presta servicio alguno, se invierten en sostener su abultada y costosa nómina, innumerables contratistas, que nada aportan, solo gasta y reparte contratos para dar y convidar, como murales, logística, eventos artísticos, campañas lúdicas, festivales y puntos críticos, todo al servicio de la politiquería y la corrupción. Las otras empresas se enriquecen calladamente con estos aumentos.
Estamos pagando caro la implantación del modelo de privatización de los servicios públicos, salud, educación y pensiones. Pero más grave es el silencio de congresistas y gobiernos locales con los escandalosos aumentos y desastrosa calidad en la prestación de estos servicios.
Nos hemos acostumbrado a hacer fila para pagar cumplidamente las respectivas facturas, a sabiendas de que nos están robando. Poco les importa a los ciudadanos la corrupción que anida en estas empresas.
