La asamblea realizada hoy en el sector de Canceles sobre la vereda de Chocho terminó convertida en un episodio que deja más preguntas que certezas. Lo que debía ser un espacio de deliberación y democracia comunitaria, se transformó en una escena de exclusión y censura hacia la prensa local.
Desde el Diario La Nube intentamos realizar el cubrimiento de la jornada, pero la presidenta de la Junta de Acción Comunal, la señora Claudia, manifestó que “algunas personas no estaban de acuerdo” con la presencia de los medios. ¿En qué clase de democracia se decide quién puede o no informar?
Más preocupante es el silencio cómplice de la Secretaría de Desarrollo Rural, en cabeza de Nancy Henao, quien deja en evidencia la desprotección institucional frente a los atropellos cometidos contra el derecho ciudadano a estar informado.
Preguntas fundamentales siguen sin respuesta:
—¿Se modificaron los estatutos de la Junta a pupitrazo limpio?
—¿Se armó el quórum con poderes notariales cuestionables?
—¿Hubo votaciones en cabeza ajena, en abierta violación de la transparencia?
—¿Qué tiene para decir la administración municipal frente a estos hechos?
La comunidad merece claridad. La administración, lejos de garantizar transparencia, parece avalar con su silencio prácticas que rayan en la arbitrariedad. El mensaje es preocupante: cuando se excluye a los medios y se cierran las puertas a la información, lo que se esconde es la manipulación de la democracia barrial.
Hoy, la vereda El Chocho y el sector de Canceles no ganaron nada en confianza institucional. Lo que queda es un sabor amargo de censura, sospechas y una administración que, otra vez, mira para otro lado.
¡En desarrollo!