“Algo que quizá tienen en común los perfiles de opinión
en las redes sociales y en los micrófonos,
es que dicen: hablar con la verdad…”
Hernán Tena (2021)
Para construir esta opinión, traté de aplicar lo que he conversado en mis últimas clases del análisis crítico del discurso. Recordemos que Teun Van Dijk es un referente clave en este campo, pues él plantea que este oficio estudia la forma en la que el abuso de poder y la desigualdad social se representan, reproducen, legitiman y resisten en el texto y el habla en contextos sociales y políticos, entendiendo en este caso, el abuso del poder y la influencia que otorga el periodismo.
Así entonces, el Análisis Crítico del Discurso se sitúa en una perspectiva de disentimiento, de contrapoder; es una ideología de resistencia y al mismo tiempo de solidaridad. En otras palabras, el campo del análisis crítico se centra en la gente que tiene influencia, poder y el abuso que se hace de los mismos.
Por lo anterior, tomé como referencia el aporte de Amaya para pasar de la teoría a la práctica, analizando algunos apartados de dicha publicación. En las próximas líneas, cada uno de ustedes podrá determinar si su narrativa es objetiva o simplemente está cayendo en esas malas prácticas.
“Lo hace a propósito, lo hace adrede o que hable como es (…) “
Muy interesante esta frase, así inició la intervención el comunicador, comprometiéndose desde su primer dardo a hablar como es. Aunque recordemos que eso implica expresarse con objetividad y recurso probatorio. Pues ya es común en redes y diferentes espacios aquello de la posverdad, la desinformación o los juicios que carecen de valor.
“(…) Los sindicalistas, el sindicato de docentes en Dosquebradas, son unos vagos y no hablan con la verdad (…)”.
La anterior me parece una aseveración muy interesante, siempre y cuando sea probable, respaldada por evidencias y no sea calumnia o chisme. Entendiendo que la RAE define calumnia como:acusación o imputación falsa hecha contra alguien con la intención de causarle daño o de perjudicarle.
Por otro lado: la misma academia define vago de tres formas, entre otras:
1. adj. Vacío, desocupado.
2. adj. Dicho de una persona: Sin oficio y mal entretenida.
3. adj. Holgazán, perezoso, poco trabajador.
De manera que si el señor James no tiene como demostrar que TODOS los maestros sindicalizados (aproximadamente 6.500) son vagos, estaría cayendo en el delito de calumnia, que además de ser grave, le queda muy mal en su rol de comunicador.
Aclarando además, que gracias a los movimientos y luchas sindicales se han ganado beneficios para todos los trabajadores de Colombia y el mundo, gracias a ellos, no prosperó la reforma tributaria de Carrasquilla y gracias a ellos, a los maestros, por su gestión y adaptación al cambio, los jóvenes y niños de Colombia pudieron seguir estudiando desde casa, en plena pandemia.
De manera que reitero, carece de objetividad su primer dardo, vago quizá un desocupado, cuyo único oficio que encuentra, es señalar y desvirtuar al sector educativo al frente de una cámara.
“(…) los rectores son peor o peores (…)”
No me queda claro si usa el plural o el singular. Pero bueno, los compara con los docentes y los muchachos, agregando que tanto los primeros como los discentes, quieren todo regalado, haciendo énfasis en que eso se da en todos los estratos. Aquí yo quisiera reconocer que me despierta una curiosidad enorme conocer los estudios que motivaron a James para decir que toda la población estudiantil y educativa del país, quiere todo regalado. De nuevo, si carece de pruebas, carece de objetividad y puede terminar envuelto en un lío por calumnia, agregando que lo que él hizo parte de lo que hoy señala, pues se espera que como mínimo sea bachiller, ¿será que también quiso todo regalado?
Es precisamente eso mis apreciados estudiantes y lectores, lo que no se recomienda hacer en materia de comunicación, especialmente no en esta época en la que todo queda grabado y todo se puede usar en nuestra contra.
Recordemos que según la fundación Gabo, el primer mandamiento de los periodistas, reza así:
“Para un periodista lo más importante es la verdad. Contamos lo que vemos y sabemos, lo que podemos demostrar. Los hechos están por encima de nuestra perspectiva ideológica. También por sobre los intereses políticos y económicos de las empresas que nos contratan.”
Preguntas nacen tan solo después del primer mandamiento, ¿será que el señor Amaya cuenta la verdad? ¿Será que puede demostrar lo que dice en su primer dardo? ¿Será que su retórica es ideológica? ¿Será que tiene intereses políticos? Los invito al debate.
“Perdónenme, pero la presencialidad se tiene que dar. Pero han generado una crisis estúpida en el Dosquebradas, simplemente para no ir a trabajar, pues para eso les pagan”.
Otros 12 segundos muy interesantes, la presencialidad se TIENE que dar, ¿según quién, según qué estudios? Si así fuera, ¿por qué se pudo suspender el tiempo que se suspendió? Han generado una crisis estúpida, ¿quiénes?, ¿en dónde están los estudios que comprueban que los maestros son los responsables de la crisis? ¿Cuál es la crisis además? Para eso les pagan, ¿quién dijo que a los maestros les pagan por ir al colegio? Claramente les pagan por educar, y desde el día uno de la pandemia, se ha garantizado el derecho a la educación desde casa, así que el señor James de manera implícita revela que nunca ha leído el manual de funciones de los docentes, tampoco la constitución política y mucho menos la ley 115 de 1994, por lo tanto, nuevamente carece de objetividad.
Entonces recordemos su principio, lo hace a propósito, lo hace adrede o que hable como es, ¿será que James está cayendo también en ese cáncer de la doble moral? El mismo que se define como juzgar a alguien por algo que la propia persona hace, claramente él no está hablando bien, lo está haciendo a propósito y no está hablando como es.
“Nadie está libre de decir estupideces, lo malo es decirlas con énfasis”.
(Michel de Montaigne)
“Esos docentes que hoy piden garantías, los he visto de paseo y de rumba en rumba. Esos padres de familia que piden garantías, los he visto de shopping, mall de comidas, de paseo, entonces, son de doble moral”.
En este apartado, se evidencia que el comunicador también desconoce los lineamientos y sugerencias de la OMS. Primero, grave que diga que los docentes se han visto de rumba en rumba, si tiene pruebas, dice mucho de su actuar y si no las tiene, preocupa la acusación.
Pero bueno, lo anterior es superfluo, lo que si inquieta es que desconozca a una organización tan importante como la OMS, la misma que ha sido clara alrededor de los contagios en espacios abiertos, en contraste con los espacios cerrados, no se puede hacer esa comparación, pues se nota que pasó por el colegio quizá sobresaliendo en sus resultados, pero desde entonces, no volvió al aula.
“(…) Culpan a la administración, cuando ustedes, por vagos, son los que no quieren ir a trabajar. Ey, pellízquense o pellízquese, porque para eso es que les pagan (…)”
Este último apartado es un claro ejemplo de lenguaje argótico, tanto que, si un hispano de otro país lo escuchara, no lo entendería. Con eso hay que tener cuidado en comunicación, siempre es recomendable el uso de la universalidad del lenguaje, primero para que mi expresión no pierda credibilidad y segundo, para que cualquiera que la escuche, esté en capacidad de entenderla.
Para concluir, teniendo como referencia su primera frase, “lo hace a propósito, lo hace adrede o que hable como es”, su video carece de objetividad y termina cayendo no solo en la desinformación, sino en la calumnia y en lo rastrero del lenguaje, se puede tomar como ejemplo de lo que no se debe hacer en comunicación, luego la libertad de prensa lo permite, así como la libertad de cátedra permite tantas cosas. Hasta aquí el análisis del discurso, espero haya quedado claro el tema y algo haya podido compartir, recuerden que es mi opinión y posiblemente no se tome como verdad, pues no estoy gritando.
—Recuerde compartir, contrastar y comentar.—
El profesor Hernán