Sigamos con estas reflexiones para los nuevos alcaldes y gobernadores: https://acortar.link/D2T57h
6º CONSTRUIR SOBRE LO CONSTRUIDO: Siempre hay buenas cosas de los gobernantes anteriores, siempre. Ejemplo: la bomba social de las deudas acumuladas con los niños y jóvenes, NI-NI, está lejos de ser pagada; es necesario institucionalizar los mecanismos de llegada de la oferta a ellos. Por lo menos, debe haber ferias anuales de servicios públicos, privados, generados por ellos mismos, orientadas a jóvenes no escolarizados.
7º PRIMER AÑO: Los alcaldes comenzaron, creo, en 2 años; luego, 3; van en 4 y sigue sin alcanzarles el tiempo. ¿Debería haber reelección? Peor si se les atraviesa una pandemia y un paro nacional. Cuatro años terminan en dos. Además, en el año 4 tienen elecciones locales; en el 3, elecciones nacionales, que distorsionan su accionar: “todo se politiza”. Así, entonces, los años que deben exprimir a fondo son el primero y el segundo, especialmente el primero cuando se cree que “escoba nueva barre bien”. Ejemplo: ejercicios de AUTORIDAD como cámaras para fotomultas son “políticamente irreales” en años de elecciones; los debe diseñar en el primero y poner en marcha ese año, o a más tardar, en el segundo.
8º COMUNICAR: Teníamos la esperanza de que el acceso gratuito a la información aminorara la estupidez, pero, por el contrario, en todo el planeta, “las redes sociales le dan el derecho a hablar a legiones de idiotas”, resumió Umberto Eco. Ningún gobernante (en una forma democrática) escapará a esas legiones de “quienes carecen de toda instrucción” (RAE). Por ello, el desastre se comunica mejor que las gestiones exitosas. Así se despilfarre presupuesto público (que pagamos todos) en medios, en pauta, esas legiones son imparables: habría que comprar todo Instagram, WhatsApp, etcétera. NADIE PUEDE HACERLO. A pesar de ello, todo gobernante debe tener una “narrativa” que guíe su estrategia comunicacional, apuntándole a la comunicación masiva vía “viralización digital”. Ello le puede «ayudar», dudo que lo salve.
9º TOMAR DISTANCIA: Los gobernantes, casi todos, terminan actuando en automático. Zombis. El ritmo que soportan es, generalmente, brutal. He iniciado sesiones con gobernantes a las 4 a.m. y con otros he terminado ejercicios a esa misma hora. Ese ritmo es poco celebrado. También he conocido algún vago. Pero todos ellos, sin excepción, necesitan aprender a PARAR… a mirar cómo van sus objetivos estratégicos, sus metas centrales. Es un ejercicio muy de “la soledad del poder”; solo él o ella puede hacer ese balance y ser capaz de replantearse a sí mismo y con ello a su equipo.
10º LA VERDAD: Tal como se dijo antes, la mayor parte de los alcaldes son “políticos”, y a lo largo de la historia de la humanidad se sabe que esta casta, en general, NO tiene amigos; de hecho, tampoco busca enemigos, esencialmente tienen instrumentos humanos para el poder… lo que hacen o no con ese “poder” es otro cuento (…). La minoría, la que es realmente estadista, la que pone la ciudad/departamento por encima de sus objetivos personales, tal vez sí tenga “amigos”. Los demás tienen asesores: cuando sus disfrazados egos se lo permiten. En todos los casos, necesitan amigos y/o asesores que les digan LA VERDAD en su cara. Menos “LameC &/%/&%” en su intimidad.
En resumen: “Ser consciente de sus propias limitaciones y debilidades, y estar comprometido con algo más grande que su propio interés personal, hace la diferencia entre ser y hacer”.
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