Finalmente, el Ministerio de Agricultura admitió el “error” y dio marcha atrás a la resolución 052 con la que pretendieron intervenir los gremios del agro. Como expliqué aquí en mi columna frente al tema, “amnesias y confusiones de la resolución 052 del MinAgricultura” (abril 5/2025), trascendía las atribuciones del ministerio porque dos elementos esenciales: la descripción de la conducta o el comportamiento de la infracción que activa el procedimiento sancionatorio, y establecer los términos ―temporal, definitiva o las cuantías ― siempre deben estar determinados en la ley”.
Habrá que estar atentos porque aún hablan de medidas correctivas, por lo tanto, toca revisar las atribuciones. No obstante, tuvimos la razón, hecho que debió reconocer el ministerio a pesar de las bodegas que activaron círculos del petrismo para defender la intentona. Pero no había terminado de caer la resolución, y ya el gobierno, a través del ministerio de hacienda, estaba publicando el decreto 572 para aumentar la retención en la fuente que golpea a más de 30 sectores, entre esos el agropecuario.
Al respecto, recojo las palabras del senador indígena Richard Fuelantala sobre el decreto, “es un atentado contra el campo”. Sustenta él que antes de este, las compras de café con cifras por debajo de ocho millones y las de otros productos agropecuarios por debajo de 4.6 millones, no estaban sujetas a retención en la fuente. Pero con el decreto, toda compra que supere los 3.5 millones, deberá pagar la retención. Hay más, “quienes cultivan y trabajan con arroz, papa, caña, café, tabaco, palma, flores, ganado, aves, cerdos, ovejas, peces, y quienes trillan café, refinan azúcar, elaboran panela o procesan lácteos, pagaban una retención de cinco por mil en cada transacción, y ahora deberán pagar doce por mil, ¡más del doble!
Agregó el senador conocido en los sectores del agro: “esta no es una medida técnica, justa, progresista, es una carga abusiva contra el sector productivo nacional, que recae con toda la fuerza sobre el campesino que aguanta hambre, sobre el productor que resiste la violencia y soporta la competencia desleal extranjera”. Advirtió también que “el camino para resolver la crisis fiscal es corregir los problemas estructurales de nuestro modelo productivo, no exprimir a sus víctimas. Mientras se nos propina este golpe, mantienen intactos los tratados de libre comercio, siguen negando el acceso a crédito, no atienden las afectaciones por el clima y despilfarran el presupuesto del campo en burocracia, propaganda y eventos”.
Su intervención, previa a la exigencia para derogar el decreto 572 y que se respete el principio de legalidad tributaria, terminó con un llamado a que todos los colombianos defendamos el campo del país, al que hago eco con conocimiento de causa y me sumo con firmeza.
Adenda: “En Risaralda el campo agoniza”, fue la columna del presbítero Diego Augusto Arcila Vélez, aquí en El Diario, coincido con su análisis y preocupaciones.