Los bajos precios, la suspensión de la compra por parte de los aliados comerciales, las limitaciones de los programas públicos, los elevados costos de los insumos y la variabilidad climática, tienen en vilo a cerca de 250 familias campesinas cultivadoras de mora en Risaralda. Los problemas que viene enfrentando el sector han conducido al desincentivo del 51% en las áreas sembradas del cultivo en el departamento para el 2018, por el contrario, en departamentos como Caldas, aumentó a 70%.
La producción de mora en el país asciende a 130 mil toneladas. Y aunque el área sembrada y cosechada solo ha aumentado en poco más de 1.000 hectáreas desde el 2014 al 2018, lograron producir 25 mil toneladas más. A la par, también incrementan los costos de producción, y un precio por debajo de tres mil pesos el kilo, no permite cubrirlos, por ende, el valor de $1.800 pesos, ofrecido actualmente a los productores, los empuja a la ruina.
El decano de ciencias agrarias, Andrés Patiño, de la universidad rural UNISARC, ubicada en Santa Rosa de Cabal, ha expresado su preocupación por la situación de estas familias campesinas ante los bajos precios y la suspensión de las compras de sus aliados comerciales. “Este es un cultivo familiar, y los campesinos han hecho esfuerzos por ofrecer un producto de muy buena calidad; esto podría acabar con la moricultura en el departamento, y al ser zonas altas, podrían volverse tierras de pastoreo que emplean menor mano de obra.” (Al campo de Caracol Radio, enero del 2023).
Urge entonces, en primer lugar, que las autoridades administrativas contribuyan para ayudar a resolver los inconvenientes presentados, y que el atinado programa “Hit Social” de Postobón, para la compra, apoyo de producción y formación, continúe adquiriendo la mora a estas familias de Risaralda.
Por lo demás, es necesario un verdadero apoyo de las autoridades municipales y departamentales a la cadena. La academia y el sector privado se han ido quedando solos en los esfuerzos para apoyarlos. Las casas campesinas municipales se caen como señal de reversa rural, y algunos cultivadores son sacados de las granjas según denuncian cultivadores de Pereira. Mientras, varias asociaciones que de a poco han adquirido equipos para el ultracongelamiento, no pueden avanzar a falta de mayor inversión y acompañamiento comercial.
Finalmente, aunque la región cuenta con avanzados procesos de investigación académica al servicio del cultivo de la mora, a cargo de la UNISARC, sumado a un largo proceso de apoyo del sector privado; la silla cojea por la “pata” pública, desde el departamento y los municipios, se requiere un programa riguroso para frenar el desincentivo del cultivo anunciado por el mismo Ministerio de Agricultura desde el 2018, asunto que requiere solicitar por diferentes vías, la intervención del gobierno nacional ante variables como los altos costos de los insumos.