Hace 11 años cerraba una columna sobre Rubén Darío Jaramillo Montoya así: «Me sorprendió, y a él, su nombramiento como Rector de la UCPR. Un premio a su espíritu alegre, inteligente, emprendedor, líder… Su hermosa madre lo acompañó en su posesión. Esa señora que reflejó la humildad que siempre ha tenido Rubén. Al salir de la hoy UCP, pudo haber tomado algún escalón, pero me dijo ‘me interesa más el ser humano que hay dentro de mí’ y regresó a una humilde parroquia en Dosquebradas. ¡Que Ejemplo!» https://ciberplural.blogspot.com/2011/11/en-vida-hermano-en-vida-no-3.html
En la pasada columna les conté que recién recibió el PREMIO A LA CIUDADANÍA 2021-22 del Ágora Cívica. El premio más importante que ese colectivo ciudadano entrega. Muy merecido.
Desde esa columna a hoy han pasado por la vida del ciudadano Rubén Darío, situaciones importantes. No le digo Mon-Señor por dos cosas, primero porque sólo tengo un señor, y No es humano, es la energía que me conecta con todos, incluido usted que me lee, y segundo porque esa es una tradición, seguramente muy valiosa para viejos jerarcas de la iglesia, pero creo que ni el papa Francisco, ni Rubén, le dan trascendencia. Los títulos no se ganan porque alguien te los «nombre» sino porque tu ejemplo de vida te los da.
Rubén hizo carrera dentro de la iglesia católica. Algo que no es fácil, pues es una institución humana en toda la extensión de esa palabra. Muchos en la iglesia por decisión propia o porque así son sus designios, son sólo padres, párrocos, algunos -tal cual comenzó Rubén- en pueblos y parroquias de barriadas humildes, haciendo ese trabajo de base, de comunidad en el que tanto insiste Pacho, digo, Francisco 1.
Otros van asumiendo tareas, roles, de liderazgo dentro de ella. Como en todo escenario humano, a unos les va mejor que a otros. Unos saben asumir las situaciones. Otros no. Con humildad, por ejemplo, aceptó, Rubén, su (también) sorpresivo relevo en la rectoría de la Universidad Católica. Bien pronto el cambio de Obispo (la máxima autoridad en sus diócesis) lo volvió a colocar en el sendero del liderazgo. Ya ni recuerdo qué tareas asumió. Sólo rememoro que hacíamos parte de la «Tertulia Matecaña» la cual desaparecería en medio de las manipulaciones asociadas a las pujas por COMFAMILIAR que recientemente han explotado. Aún los mejores son manipulables.
En fin. Una de las mayores obras de mi estimado Obispo Rigoberto, fue postular a Rubén, quien después de un exhaustivo examen vaticano, fue nombrado en la Diócesis de Buenaventura… lo demás es historia. Es el personaje del año, entre muchas cosas, porque, como siempre, HACIENDO, CON HUMILDAD, CON PRUDENCIA, ha logrado ir consolidando la resolución (lo más) pacífica posible) de conflictos en su diócesis. AMEN.
ADD: Disfrutar la vida, con todos sus colores, al lado de los seres queridos, son mis deseos para usted, en estos momentos de naTIvidad y año nuevo. Abrazo.
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