Gustavo Petro llegó a la presidencia contra muchos pronósticos, se impuso por un estrecho margen y entre sus contradictores – que no son pocos- terminó ganándole el pulso a directivos y reconocidos comunicadores de grandes medios nacionales, los cuales, desde hace varios años iniciaron una ofensiva contra su estilo de hacer política.
Su arribo a la presidencia coincide con el inconformismo de la sociedad colombiana hacia política neoliberal que han aplicado todos los gobiernos desde inicios de los años 90s. Manifestaciones multitudinarias contra las condiciones de vida desiguales y miserables que genera esta política, hicieron que un porcentaje importante de la población pidiera un gobierno diferente a todos los anteriores.
Es así como las mayorías eligieron en las urnas a Gustavo Petro, quien desde su carrera como congresista fue interpretado por sus votantes como un personaje antiestablecimiento. Si bien, con altas votaciones fue senador y alcalde de Bogotá, hay una realidad que desconocen buena parte de sus seguidores: su cercanía a la politiquería tradicional, como lo describió el maestro Carlos Gaviria Díaz. https://www.tiktok.com/@actualidadpolitica/video/7238086224395701509
Sin embargo, varios de los grandes medios de comunicación del país, más enfocados en el pasado del presidente como un integrante de grupos armados que en su actuar político en la legalidad, sostienen una puja con Gustavo Petro, incluso desde sus anteriores cargos. Aunque los medios han gozado de una buena influencia sobre la población – más en años anteriores que ahora-, Gustavo Petro ha sabido ganar seguidores a pesar de estos, escaló con los llamativos debates que solían terminar en conclusiones cojas, no acordes a la pirotecnia de sus anuncios.
Esta rivalidad, se agudizó luego de la victoria de Iván Duque. Los aparatos de propaganda de los bandos finalistas, llevaron el trato al contrario a un nivel más rastrero, especialmente en redes sociales, en esta polarización varios medios y populares comunicadores tomaron postura y continuaron del lado de los partidos tradicionales y grandes grupos económicos, mientras la población inconforme fue catalogándolos más como entidades ajenas, enemigas de sus reivindicaciones.
Panorama
Personalidades de la academia y sectores democráticos ya han detectado, por un lado, la alergia del actual mandatario a la crítica independiente cualquiera sea la procedencia. Y por otro, el desinterés por los medios públicos, RTVC pasó más de ocho meses sin dirección oficial. No pasa desapercibido tampoco, sus ofertas en la convocatoria presidencial a medios alternativos y comunitarios que incluyen una ley y subsidios para ellos.
De la mencionada convocatoria, si bien el periodismo y la comunicación en general atraviesan una crisis económica muy marcada y más en estos frentes alternativos, académicos como Ómar Rincón catalogan estos ofrecimientos del gobierno como incumplibles, igualmente sospechosos al tratar estos medios como públicos con la intención de mantenerlos fieles, así como para ser usados para shows populistas o recibir algún subsidio-limosna.
De la misma manera, llama la atención que para este encuentro la oficina de prensa de la presidencia en sus informes recalcara frases como: “financiará, con la publicidad pública, a los tres ejes de la comunicación actual: los medios tradicionales, los medios públicos y los medios alternativos, y jamás ejercerá censura, pero se reserva su derecho a replicar” o “Fácil es comenzar una conflagración, pero nadie sabrá cómo terminará”
Por otra parte, preocupa la guardia baja de algunos medios que en otros gobiernos hicieron un trabajo periodístico de contrapoder fundamental, pero que en la actualidad no se percibe la misma intensidad de control; caso especial el del noticiero de televisión de RTVC que en algunos momentos parece más un culto a la personalidad del actual mandatario.
Regresando a los grandes medios, aunque en estas elecciones regionales retoman algo de influencia cobrándole al gobierno sus incumplimientos y posicionando figuras de la derecha en distintas alcaldías y gobernaciones, el accionar periodístico sigue estando más dominado por intereses empresariales y desatinadas narrativas, que con las principales quejas de la sociedad.
El abogado y publicista Alberto Morales, describe una lista de errores de la comunicación actual desde las tribunas del poder. Entre algunos puntos, están: considera que esta se compone de verdades reveladas y fórmulas matemáticas, igualmente reprocha su estilo hegemónico y monárquico unidireccional en el cual creen que su información domestica y cambia la conducta de sus audiencias como si fuesen súbditos.
En ese sentido, a estos medios sus formas estrafalarias de comunicar los deja cada vez más expuestos, al día de hoy, siguen exhibiendo su lado más chocante y solemne ante la más microscópica crítica, continúan aferrados como coalas en celo a sus rústicos estilos, lo cuales les da buen nivel de consumo, más no de credibilidad.
Ahora bien, el actual gobierno aún conserva un aparato de propaganda importante el cual le ayudó notablemente a conseguir la presidencia, en él, se destacan sus granjas digitales (bodegas) las cuales no tienen techo, ni fondo, para posicionar algún tema que “corroa la ética”. Las estrategias amorales y estigmatizantes tienen bastante semejanza con las del uribismo y actualmente tienen más convocatoria en redes que en la calle. Mediáticamente, también aplican el libreto del wokismo, estrategia ampliamente difundida por el partido demócrata de EEUU y acogida por las corrientes petristas.
No obstante para estos más de 14 meses de gobierno, varias personalidades se han ido bajando de la luna de miel con el mandatario y aunque destacan cierta diplomacia en temas internacionales o de derechos humanos, si manifiestan sus críticas ante el trato a los medios y el periodismo; retomando a Rincón, este menciona que “Petro trabaja por imponer su verdad y negar a medios y periodistas”, agregando que: “el actual mandatario quiere ser el todo, el único influencer, y nos invita a todos a seguirlo, como tal a darle likes, y a callarnos”.
¿Qué nos espera en el campo mediático?
Una posibilidad, es que continúe la confrontación de empresarios y reconocidos comunicadores de grandes medios y el aparato de propaganda del petrismo, encarnizados en una comunicación emocional en búsqueda del impacto, el odio al contradictor y la desinformación, en este escenario habría un elemento que todavía le daría algo de juego al gobierno que no obstante con altos niveles de impopularidad, seguiría aprovechándose de los índices de miseria y crisis creados por los gobiernos anteriores para mostrarse decidido a combatirlos con sus reformas pero que en realidad, son medidas que terminarán por ser un premio de consolación mientras profundiza aún más las políticas neoliberales dictadas desde Washington.
De este modo, pierden la mayoría de colombianos, por parte del gobierno y los dueños de los grandes medios hay poco interés por darle elementos veraces y formas pedagógicas a las personas para formar criterios sólidos ante sus problemas más urgentes y la dirección soberana del país. Asimismo, la población cuenta con menos luz informativa, debido a que varios espacios noticiosos que hasta hace poco hacían periodismo de control, ahora lo hacen con menos intensidad a esto se suma, la algarabía de los medios que con sus estilos parcializado y poco profesional de sus comunicadores más celebres, terminan por alejar a la población de quienes en estos mismos medios hacen periodismo y análisis comprometidos con el ciudadano.
Finalmente, las personas de a pie deberemos estar muy atentos a las opiniones de profesionales en el tema, académicos y grupos democráticos para evaluar si este panorama será permanente y hay que adaptarse a él, o se si se puede apostar por construir un escenario comunicativo civilizado con quienes ya hacen un trabajo periodístico e informativo comprometido que posibilite la formación política y democrática del ciudadano y así aportar a un rumbo diferente para el país.