Reflexiones frente a los hechos producidos entre el 14 y 15 de diciembre de 2022
Por: PhD. León Felipe Cubillos Quintero. Docente Investigador de la Facultad de Ciencias Ambientales de la Universidad Tecnológica de Pereira (www.iespautp.tk)

Ambos con camisas blancas y pantalones azules, entre sonrisas semejantes y a la misma altura empinan el codo para el mismo brindis de satisfacción; al fondo: el mismo embalse, las mismas montañas, sentados sobre el mismo muro… la misma barcaza y las mismas barandas amarillas atrás.
Es de recordar que para el Observatorio de Memoria y Conflicto del Centro Nacional de Memoria Histórica entre 1958 y 2018, se presentaron 110 masacres y 2.435 víctimas del conflicto en los 19 municipios que, directa e indirectamente, tienen que ver con el proyecto Hidroituango: los cuerpos de los masacrados en Trujillo (Valle), “Los Abrazados por el Río”, las victimas lloradas y navegantes en las balsas de “Magdalenas por el Cauca”, la inspiración de la “Poetisa de los Muertos” de Cartago (Valle), los desposados por la “la Novia” que los espera en Remolinos, Marsella (Risaralda) yacen aún, junto a las víctimas de la violencia insurgente y paramilitar de los municipios antioqueños, en espera de un futuro reconocimiento al lado de árboles, piedras, y otros lugares cuidadosamente elegidos para no vivir, como en los primeros capítulos de “Cien Años de Soledad”: una peste del olvido.
Las preguntas de las víctimas, afectados por el Megaproyecto y por parte del Movimiento Ríos Vivos, más allá de los detalles técnicos y económicos, no se dejaron de enunciar: ¿Qué va a pasar con los demás 280 puntos donde presumiblemente se esperan el hallazgo de otros cuerpos? , ¿El hundimiento de los cementerios de buena fe producido por el llenado no programado del embalse en el 2018: genera mayores dificultades para su exhumación y reconocimiento?, Los lugares que referencian donde se encuentran los cuerpos ¿cuándo podrían desaparecer y cuanto podrían deteriorarse al exponerlos de nuevo en la atmósfera? …
Sin mucho menos querer introducir una discusión académica deseo traer a colación lo que connota el concepto estético de lo “Siniestro”.
En un reconocido estudio realizado por Sigmund Freud hace 102 años (1919) cotejaba el significado de lo Siniestro ( lo espantable, angustioso, espeluznante…) con el vocablo alemán de Das Unheimliche.
El término alemán se opone (a partir del prefijo Un) con lo familiar, lo íntimo, lo cotidiano, lo que hace parte del hogar (Das Heim). Lo Siniestro tiene que ver, entonces, con aquello que se oculta y genera angustia y espanto entre lo propio que nos es familiar: lo que asecha para angustiarnos mientras hace parte del hogar.
En sentido filosófico moderno, lo Siniestro, relacionado, como contracara de lo familiar, es en palabras de Friedrich Schelling: “Aquello que debería permanecer oculto, en secreto y, finalmente se ha manifestado”… aparece como “lo extraño inquietante” a pesar de agazaparse ante la luz de lo familiar.
La imagen de Hidroituango tiene esa doble cara que recuerda Freud en su definición: además de sublime es siniestra:
Todo lo familiar que constituía, el “Patrón Mono” (río Cauca), su territorio y hogar, fluye desde el año 2018 con sus 1600 metros cúbicos por segundo, en temporada invernal, por donde no debería correr: casas de máquinas o vertederos.
Dos cavernas reconstruidas con toneladas de cemento dentro de la montaña “El Capitán” que sustenta el proyecto.
Un muro bentonita que filtra y no dejará producir los 600 Megavatios hora de las primeras dos turbinas.
Un cuenco amortiguador que recibe la permanente cascada del río Cauca como si esto fuera “normal”, la espera frente a qué va a pasar con la galería auxiliar de desviación, las preguntas frente a la verdadera estabilidad del Macizo Rocoso.
Las amenazas sísmicas, entre otros asuntos técnicos mejor explicados por el profesor Modesto Portilla y Luis Alberto Arias, además de las advertencias y hallazgos en rojo del peritaje Poyry Part of Afry (2021) dan la razón al ingeniero geólogo Javier Pava Director de la UNGRD, a la Ministra de Minas y Energía Irene Vélez – al solicitar un estudio objetivo por parte del Servicio Geológico Colombiano- a la Senadora Isabel Cristina Zuleta quien recibió el mandato del Movimiento Ríos Vivos, y al mismo Presidente de la República Gustavo Petro, por invocar el principio de precaución y por pensar en una transición energética desde la justicia social y ambiental.
En este el día de hoy, ante los tres togados de la JEP y, sobre todo, frente a las víctimas que representan más de 120.000 afectados por el proyecto Hidroeléctrico Ituango SA ESP, a EPM le faltó la grandeza moral para reclinarse ante el valor supremo de la Verdad, en este momento de posacuerdo que vive Colombia.
Lo “impensable” como bien lo hicieron entender el Ministerio Público y el Togado Director de la audiencia Gustavo Salazar era pensar en recusaciones , abrir nuevos incidentes o no reconocer la responsabilidad que tiene EPM en lo solicitado por los dos peticionarios.
Es por esta incertidumbre ante la autoreferenciada imagen de seguridad corporativa, que consideramos el brindis en la cresta del proyecto como: una “Siniestra Satisfacción”.
Esperamos de EPM, la Alcaldía de Medellín y del Gobierno Nacional que prime el Bien Público, la Defensa de lo Común y el Derecho a la Vida que continuará palpitando incluso … mientras entierra a sus muertos.
