Como su hincha, sé que la crisis en el Deportivo Pereira no es novedad, con Álvaro López al mando son hechos que pueden presagiarse. Después del descenso en el 2011, la apertura de liquidación judicial decretada en el 2013 tras la fallida reestructuración iniciada en el 2012, el Pereira padeció un camino tortuoso, tiempo en el que solo su fútbol y una de las mejores hinchadas del país, nos dieron la alegría del ascenso en el 2019.
No se puede olvidar que Candamil, con algunas críticas que a bien le valieron, entregó el club de nuevo en la “A” y rumbo al primer título en el 2022. En ese camino ayudaron las cláusulas millonarias de varios jugadores que salieron del Pereira a otros equipos nacionales. Con alguna solidez el club sería devuelto a sus acreedores en el 2022, mismo año en el que salió campeón, más por lo estructurado en parte del referido proceso de liquidación que por quienes recuperaron la propiedad sobre el club, pero un primer título ocultaría los problemas de siempre.
Estando ya los de siempre, el Pereira ganó más de 26 mil millones por su excelente participación en la Copa Libertadores de América en el 2023. Y unos meses después ya había reclamos de jugadores por incumplimientos. Pregunta para los expertos en temas administrativos deportivos, ¿insuficientes recursos para equilibrar las finanzas del club? Pero no solo eso, tras los logros, el equipo fue desarmado en su totalidad, no quedó ni un referente que permitiera sembrar entre las nuevas camadas el camino y el ejemplo que llevó a los máximos triunfos.
Una autocrítica también le cabe a la dirigencia local que, pasada la merecida embriaguez colectiva, aplaudiría el retorno al punto errado de siempre. No faltaron los asesores jurídicos venidos de la politiquería que circularon por el Pereira, los ‘papitos’ que no destetan a los nuevos jugadores, y, por otro lado, los políticos callados ante el reclamo de los hinchas, líderes de opinión y algunos periodistas. Poco se menciona, pero el club descartó a profesionales deportivos preparados en las mejores universidades del continente y el mundo, como Tomás Mejía Botero, entre otros. Y a falta de profesionalismo, vinieron las sanciones de la SuperSociedades, la FIFA y otras que podrán darse.
¡Y ojo con la categoría! pues como han recordado varios periodistas y comunicadores de la ciudad, el descenso en el 2011 llegó tras la movida del equipo a Cartago; y justo ahora lo trasladan a Armenia donde ya varios hinchas fueron apedreados. Hay que completar algo al respecto, sobre las fallas en planeación para las obras en el Hernán Ramírez Villegas, que sacaron al equipo de su ciudad, está confirmado el retraso en las obras; una efectiva planeación de parte de la alcaldía de Pereira, tal vez hubiera evitado traumatismos adicionales al equipo. Y acerca de los salarios adeudados al plantel, bastante viene ilustrando el jugador Carlos Darwin Quintero.
Por lo demás, por su trayectoria y logros, considero que Dudamel es buen técnico, ¿llegaría en el momento equivocado?