Andrés Felipe Quintero Gutiérrez es un pereirano, habitante de los Sauces, Cuba. Es tan buen padre como hincha. De niño iba al estadio con su padre Alonso Quintero quien en vida fuera un auténtico seguidor del equipo Matecaña, salido de las entrañas del equipo; y aunque en la familia había partidarios de prestigiosos equipos, Felipe nunca dudó al heredar la pasión por los colores rojo y amarillo del Pereira.
Pipe, como le dicen en la familia, es tan buen tipo que los vivos lo toman por ingenuo; él, fiel a su estilo, ni se irrita, sigue aferrado a su centro de vida, al recuerdo amoroso de su padre, familia y equipo. Pipe ahora es chef, estudió gastronomía en el Sena, en buena medida porque siempre fue un maestro en la cocina. Hoy trabaja en un apetecido restaurante de la ciudad. A él la camiseta del Pereira le queda tallada, como siempre le gustó, desde que era un joven profesor de natación que enseñaba a los niños en las piscinas de la Villa Olímpica, hasta su transición a chef que no omite prueba para evaluar la calidad del plato.
El cuento es que todo este tiempo durante el que vi jugar al Pereira en los cuadrangulares, no dejaba de pensar en Pipe. ¿Qué pasaría por su cabeza cada día que salía de casa a trabajar? Casi que puedo asegurar, en las tediosas esperas del alimentador y articulado del Megabús, ha tenido su mente puesta en lo relacionado con el Deportivo Pereira y todo lo que, para seguidores como él, significaba la posibilidad de ser campeón… Y tal vez acierto si digo que hasta se trasnochó buscando camisetas para sus niños.
A la familia de este buen hincha pereirano le debo la mitad de mi universidad, en su hogar me acogieron mientras culminaba mis estudios en la Universidad Tecnológica de Pereira, ¿y eso qué tiene que ver? Que la mamá de pipe, doña Marina, una enfermera pensionada, quien me ofreció espacio en su hogar, ya tenía dos pollitos y medio bajo sus alas; pues bien, nunca, ni jamás, hubo recelo alguno de estos conmigo, fui uno más, en las buenas y en las muy buenas. Y este hecho habla de lo que es el pueblo de Pereira, gente querendona.
Como ellos, son la mayoría de los hinchas del Deportivo Pereira. Y seguro habrá miles de historias anónimas que hablen de quienes a lo largo de 78 años esperaron por la primera estrella. Porque el histórico triunfo deportivo, contagió a todo el país, hasta en Caldas, tierras vecinas del “rival de patio”, deseaban que el equipo Matecaña fuera campeón. Por mi parte, quiero dedicarle mi enorme alegría tras el último penalti, a Pipe, un buen tipo, un forjado hincha pereirano. Para personas como tu, mi hermano, ¡Pereira campeón!