Al finalizar la carrera uno de los tripulantes del Troncos Wagen, quien casi le amarga la fiesta a los del garrote gaucho, se aproximó a Messi: parece que solo quería saludar al mejor piloto del mundo, pero el Capi Cavernicolita lo frenó en seco y le sacó el garrote al tiempo que le dijo: “’¿Qué mirás, bobo…qué mirás bobo? ¡Andá, andá pa’ allá, bobo, andá pa’ allá!”.
La querida serie de 1968, Los autos locos, (Wacky Races) regresa en formato mundial Catar 2022, se trata del Mundial de Los Equipos Locos. Pero ¿recuerdan a Los autos locos? Quién no recuerda a Pulgoso, al profesor Locovich o a los trogloditas que inspiraron al Capitán Cavernícola.
Ya entrados en contexto fabulesco, el Mundial de los Equipos Locos llegó con mucha polémica, pero con la certidumbre de quiénes eran los favoritos: los de mejor carrocería y caballos de fuerza; los de mayor historia, con mejores pilotos y asistentes mecánicos. Así que vamos a contarte algunas de las incidencias más locas de esta loca carrera mundialista.
Empecemos por señalar que la cosa resultó aburridísima en la primera fase por cuenta del bajo nivel de los corredores, aunque con algunas clamorosas sorpresas.
Por ejemplo, los tripulantes del Rocomóvil (Argentina) pasaron un susto del Diablo, contra un aparente contrincante de cacharrería. Por suerte para su orgullo, finalmente sacaron la madera fina del fuego antes de quedar tostados. Le echaron ganas y se aprovecharon del Alambique Veloz (México) quienes, entre sus tripulantes que se despiertan solo cuando es ya tarde, y el Oso Miedoso (Tata Martino), que le da mucho miedo perder, simplificaron la victoria del Rocomóvil y su paso por la primera vuelta.
Por otro lado, los competidores del Stuka Rakuda (Alemania), temibles al volante, y uno de los más poderosos contrincantes, se quedaron pinchados los muy pinchados. ¿Qué pasó con el Stuka Rakuda? Pues este híbrido de tanque panzer y avión (histórico ataque arrollador y atletismo cuasi sudamericano), vuela solo por tiempo limitado; a pesar de ser uno de los más antiguos campeones esta vez la “petó” su formidable motor, pues a su sistema de juego de levas también lo aqueja la antigüedad.
Las emociones fuertes llegaron para las vueltas finales. Allí se quedó varado otro de los llamados deportivos a ser protagónicos: el Compact Pussycat (España), la damisela en apuros; tiene muchos accesorios, da y da vueltas en la pista, mucha floritura que marea, pero no cruza el cuarto de milla. El Espantamovil (Marruecos) la rebasó sorpresivamente. Ahora la Bella ya tiene su Bestia negra, como se dice en el argot futbolístico.
El auto Super Convertible del profesor Locovich, bien que podría ser Croacia, siempre que funciona para todo y a pesar de los pronósticos, se reinventó, sacó de la vía con estruendosa explosión al glamoroso drag racer, el Super Heterodino (Brasil). Qué pesar del Super Heterodino, ese carro tan bonito y con tantos campeonatos a cuestas, todos esperaban tanto de él; pero es que se viene cayendo a pedazos desde las últimas competencias, y precisamente se cae a pedazos en los momentos más cruciales y después de hacer bonito ruido con su motor de superdeportivo.
En cerrada curva, muy cerca de la recta final, los tripulantes del Troncos Wagen (Países Bajos) muy grandes, viriles y poco elegantes, casi parten en dos a los tripulantes de los pilotos del Rocomóvil (Argentina). Al finalizar la carrera uno de los tripulantes del Troncos Wagen, quien casi le amarga la fiesta a los del garrote gaucho, se apróxima: parece que solo quería saludar al mejor piloto del mundo, pero este lo frenó en seco, esto le advirtió el Capi cavernicolita: “¿Qué mirás, bobo…qué mirás bobo? ¡Andá, andá pa’ allá, bobo, andá pa’ allá!”. Y con eso asustó al osito Bobo de casi dos metros. Cosas de latinos.
Por si fuera poco, el auto cenicienta, el aparentemente feo coupé, conocido como el Espantamóvil, volvió a atacar y hacer de las suyas con vértigo y precisión en cada bandazo; llegó a la lid de cuartos contra el flamante Super Perrari (Portugal), capitaneado por un tal Comandante, repletico él de reconocimientos individuales, pero muy pocos con su escudería; con tan mala suerte cuenta el Comandante que no cuenta con buenos asistentes, otros dicen que le pesaron sus añitos de alta competencia.
De suerte que nadie daba un centavo por el feo Espantamóvil, esa hazaña lograda contra la chica roja no podría ser repetida; sin embargo, el Espantamóvil dejó muertos del susto a más de uno, este fantasma de carretera ya está metiendo más miedo en los huesos que otro modesto carrito de balineras: el deportivo Pereira.
Así son las vueltas que da la vida en estas locas vueltas del Mundial de Equipos Locos: El Espantamóvi forró a más de una casa de apuestas y a algún que otro pertinaz apostador, y ahora está felizmente aparcado en semis.
Moraleja de la fábula: recuerden no juzgar a los pichirilos por el aspecto o la historia de su escudería, amigues. Y así como en la serie, una vez finalizado el Mundial, ¿quién crees que se llevará el galardón al Piloto más loco del mundo? Comenta que te leemos a toda marcha.