Actividad cultural nocturna en el parque urbano: Bosques de Chapultepec. Ciudad de México.
La idea con la que muchos ciudadanos hemos promovido el parque San Mateo de Pereira, ha sido la de un parque ambiental que contribuya a amortiguar impactos negativos de los cambios del clima y la expansión urbana. Por ende, hablamos de un parque cien por ciento ambiental, con servicios análogos deportivos, culturales y científicos, para contrarrestar la huella ambiental y ecológica.
Entendiendo por huella ambiental la metodología universal que permite medir y cotejar el comportamiento ambiental de un producto o servicio durante su desarrollo, para establecer los potenciales impactos negativos, proporcionando a la vez posibilidades de planificar acciones necesarias para intervenir categorías como: cambio climático, consumo de recursos, partículas y aspectos respiratorios, uso del suelo, entre otros. Se le suma la huella ecológica. En este sentido, algunos elementos que hacen parte de componentes tenidos en cuenta para estos ítems, registran crecimiento en la ciudad, es el caso del del área construida, el número de habitantes, de vehículos y áreas pavimentadas.
Al buscar medidas para compensar esta situación, tropezamos. Pereira tiene déficit de áreas verdes; y algunas disponibles, están en sus alrededores, en zonas de baja densidad poblacional, e implican un desplazamiento para gozar de ellas. Y una realidad, la mayoría de pereiranos no tienen finca o afiliación a clubs campestres. En su defecto, el parque garantizaría extensas áreas verdes, ubicadas en una zona de alta densidad poblacional, de ahí la importancia que también sea público. El asunto no se reduce a la contradicción entre lo gris (urbanizar = ganancia económica) y lo verde (no urbanizar = pérdida económica), condicionada a un amorfo cierre financiero del parque de la alcaldía, que carga a los costos el traslado del batallón; el hecho concreto es ¿cómo la ciudad responde a los impactos ambientales?
Precisamente al evaluar algunas externalidades positivas como aumento de áreas verdes, beneficios a la salud, espacios idóneos para el deporte, crecimiento de las funcionalidades ecológicas y sociales que establecen la armonía entre lo ecológico y el uso social, se estima, serían de tal magnitud, que compensarían cualquier inversión pública inicial en economía y manejo ambiental de los recursos para posibilitar el parque.
También debe primar la precaución ante el aumento de enfermedades respiratorias en la ciudad y su relación con la contaminación. Y hay datos para Pereira que indican “los costos ambientales asociados a la contaminación atmosférica (PM10) podrán llegar a ser del orden del 2% del presupuesto del municipio”. Morales Tito y Arias J (2013).
Finalmente, abundan ejemplos mundiales de parques ambientales en esta línea. Con una inversión inicial pública en su cercamiento, seguridad, gestión de servicios e infraestructura básica, y una amplia oferta en servicios deportivos y culturales, diurnos y nocturnos. Ahora bien, dada la abundancia de artistas empíricos y profesionales en la ciudad, y entidades, es posible proyectar servicios culturales. Reiterar entonces, el estratégico parque San Mateo, requiere centrarse en criterios ambientales, como en los que bien ha avanzado la dirección del jardín botánico de la UTP.