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Lo sucedido recientemente, tiene una línea que va hasta 1970. Cuando, se “dice”, que la ANAPO llegó al 39,6% de la votación, siendo ganadora en Guajira, Cesar, Santander, Antioquia, Boyacá, Meta, Valle y Bogotá (muy seguramente también ganó en Nariño: allí fue el centro del fraude electoral revelado luego por el Tigrillo Noriega, el Ministro de Gobierno de la época) sólo superada en 60 mil votos por el candidato del frente nacional liberal/conservador con el 41,2%.
La decepción por el fraude y otras situaciones, incluida violencia, redujeron los alternativos al 12,2% en 1974. En 1978, tras el paro cívico nacional de 1977, esa votación se derrumba al 3,2%. En épocas de la toma de la Embajada Dominicana, 1982, se hunde al 1.2%, el Nuevo Liberalismo llegó al 10,9%. Sólo viene a retomar su fuerza en 1986, cuando las FARC, en “tregua” impulsan la Unión Patriótica y llegan con Pardo Leal al 10,9%, ganando en Arauca y Guaviare. En 1990 tanto a la UP como al M19 le asesinan sus candidatos, Navarro logra el 12,4% de la votación.
Para la Constituyente de 1991, la AD M19 logra el 26,7%, la UP el 2,5%, los indígenas el 1.5%, en total, las fuerzas alternativas, en medio de una alta abstención, tienen un salto, llegando al 30,7%, empero, para 1994, los múltiples errores, más ¿el desencanto por las expectativas creadas con la constitución? bajaron la votación alternativa al 3,8%. En 1998 el movimiento Si Colombia (con Mockus) ¿regresa? al 26,88%, ganaron en el Meta. Hacia el 2002, el Polo llega al 6.15%, Si Colombia al 5.8%, sumaban 12% de la votación; En 2006: Carlos Gaviria 22% ganaron en La Guajira y en Nariño, Mockus obtuvo el 1,2%, regresando al promedio superior al 20%: 23,2%.
En 2009 se da un fenómeno poco estudiado: comienzan a votar los ciudadanos nacidos bajo la nueva constitución. Ya tienen 18 años. 2010 (la 3ª candidatura de Mockus): 21.5%, ganaron en Putumayo, Petro obtuvo el 9.1%, llamó a votar en Blanco: 30.1% sumaban los alternativos. Mockus en 2ª llegó al 27.4% (2,7% menos que la suma mecánica). Es otro hito, otro rompimiento: la primera vez de los alternativos en 2ª vuelta
2014, Polo 15.2%, Verdes 8,2% (23,5% sumaban); 2018 Petro 25,09%, ganó en La Guajira, Nariño, Putumayo (¿otra vez rebeldes?) Cauca, Chocó, Córdoba, Sucre, Atlántico; Fajardo 23,78% ganó en Bogotá, llamó a votar en Blanco, sumados los alternativos: 48.87%. Petro en 2ª llegó al 41.77% (1.1% menos que la suma). Sumó Valle y Bogotá, perdió Córdoba y la Guajira.
2022, la explosión: en primera Petro 40%, Hernández 28%, Fajardo 4%, los alternativos suman 72.5%: 15.4 millones por un “cambio”, frente a 5 por la CONTINUIDAD. Sólo en Antioquia pierde el “cambio”. Por primera vez en la historia, sólo dos opciones de REFORMAS pasan a 2ª vuelta. Esos, casi 30 de cada 100 votantes por Hernández, merecen una reflexión aparte.
En síntesis, quienes nacimos en las épocas del robo del 19 de abril de 1970, comenzamos a votar -los NO abstencionistas, el 56% de los ciudadanos- hacia 1989 y logramos avanzar a que más de 20 de cada 100 reclamáramos una REFORMA (“Cambio” es un eslogan publicitario grandilocuente y medio insensato) en la más alta dirección del estado, la presidencia. Quienes nacieron luego de la Constitución de 1991 lograron que fueran más de 40. Y la combinación de esos cambios generacionales lograron superar el 50%. La duda ahora es si los milenial, los nacidos hacia el año 2000, lograrán sostener esos 72 de cada 100 pro REFORMAS. Lo comenzaremos a ver en las elecciones municipales y departamentales que… ¡ya comenzaron!